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La sobremesa navideña de los españoles tiene este año un protagonista italiano: el Panettone. Este dulce típico de Milán, casi desconocido en España hasta hace unos pocos años, llena ahora las estanterías de tiendas gourmet y supermercados de todo el país. Y no solo eso, también ha convencido a muchos panaderos españoles que se han lanzado a crear su propio panettone artesanal.
Adiós a los mantecados y polvorones. Los españoles han elegido el Panettone como el postre estrella de la Navidad 2023. La buenísima acogida de este producto italiano en nuestro país ha dado vida a una auténtica “guerra” comercial entre productores de panettone industrial e incluso se celebran concursos entre panaderos profesionales que se han puesto manos a la obra para confeccionar el mejor panettone artesanal made in Spain.
Pero, ¿por qué nos conquista este postre italiano? Belén Parra, periodista del exitoso blog Gastronomistas (www.gastronomistas.com), nos explica que este fenómeno se debe en parte a razones de marketing, ya que los italianos siempre han apostado por la gastronomía de calidad y saben muy bien cómo venderla fuera de su país. El éxito del panettone en España llega hasta el punto de que los propios italianos han reconocido que el mejor panettone entre los que se producen fuera de Italia, es el del maestro pastelero español Paco Torreblanca, que años antes del boom de ventas actual, creó un producto artesanal de primerísima calidad”.
Sus ingredientes de base son los más tradicionales: agua, harina, mantequilla y yema de huevo, a los que se le añaden frutas confitadas, pasas y piel de naranja y cedro. De allí su original textura y su aroma inconfundible. Sí, porque el buen Panettone se reconoce sobre todo por la suavidad de la masa (debe ser blanda y con una densidad media en la que se aprecien burbujas huecas) y por su perfume entre dulzón y cítrico.
A pesar de que la fruta confitada está considerada tradicionalmente el alma del Panettone, en España el que triunfa es el de chocolate y sin pasas. Pero la diferencia no sólo viene marcada por los ingredientes, sino también, y sobre todo, por si tiene origen industrial o artesanal: esta segunda versión no contiene conservantes ni los necesita, por estar elaborado muy poco antes de las fiestas navideñas, y no en agosto como ocurre con algunos panetones industriales.
En Italia, su consumo se limita al mes de diciembre y a la primera semana de enero, y más concretamente, desde la fiesta de la Inmaculada (8 de diciembre) hasta Reyes (6 de enero). Sobre su consumo en España, Josep Sucarrats, director de la prestigiosa revista gastronómica Cuina (www.cuina.cat), nos confiesa que “nos ocurre lo mismo que a los turistas con nuestros turrones de Navidad: comeríamos Panettone todo el año, a pesar de que esto provoque el escándalo en el país de origen”.
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