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Escapada a Cagliari entre museos y leyendas
Por su historia y sus playas, la capital de Cerdeña bien vale una escapada. Empezamos con la visita a los museos, callejeamos entre palacios e iglesias y acabamos disfrutando de un refresco con vistas al mar. ¿Quién se apunta?
Hay algo que todo turista que visita Cagliari debe saber: esta ciudad, durante su milenaria historia, vio pasar diferentes civilizaciones como la nurágica, la fenicia-púnica, la romana y la bizantina, además de recibir la visita de genoveses, piamonteses y españoles. Esta riqueza de contactos con diversas culturas ha conformado su carácter abierto y acogedor.
Descubrir la ciudad y su historia es fascinante. Para comenzar acudimos a la Cittadella dei Musei (ciudadela de los museos) en el barrio de Castello. Allí podrás visitar la Pinacoteca Nacional, el Museo Etnográfico, el Museo de Arte «Stefano Cardu» y, sobre todo, el Museo Arqueológico, donde se encuentran las estatuas de los Gigantes de Monte Prama, esculturas de piedra nurágica que se cuentan entre las más antiguas del Mediterráneo (entre el 900 y el 700 a. C.).
En el mismo barrio merece una visita el Palazzo Regio, construido en el 1300, y la Catedral románica de Santa Maria Assunta y Santa Cecilia (conocida como Santa María) del siglo XIII. Esta catedral está totalmente revestida de mármol blanco y alberga el museo del Tesoro de la Catedral, compuesto por legados, donaciones, objetos sagrados, plata, estatuas y pinturas.
Situado encima de una de las colinas que dominan la ciudad, encontramos el Santuario de Nostra Signora di Bonaria, que fue construido a comienzos del siglo XVIII. La leyenda de la estatua de la Virgen y del Niño presente en el altar de esta iglesia cuenta que, en 1370, durante una tormenta en alta mar, el capitán de un barco español ordenó que toda la mercancía fuera lanzada por la borda para aligerar la embarcación. La tormenta amainó en el momento exacto en que fue arrojada al mar la caja donde se encontraba la estatua de la Virgen y el Niño. Cuando ésta fue recuperada, se descubrió que la vela que sostenía en la mano la Virgen había permanecido milagrosamente encendida.
Después del recorrido cultural de la ciudad, llega el momento de relajarse junto al mar. Para ello, nos acercamos a Poetto, la playa de Cagliari. Ocho kilómetros de arena blanca de una de las playas más bellas de Italia en la que puedes disfrutar del buen clima de la isla durante todo el año. Una vez allí, nada mejor que hacer un alto en el camino. Desde la terraza del Bastión de Santa Croce, se hace imprescindible disfrutar de un refresco o un buen café en el Libarium. La preciosa vista de la puesta de sol está incluida en el precio.
Texto adaptado di E. Concas
Mare Nostrum Magazine