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¿Qué es el prosciutto?
Si no sabes qué es el prosciutto, te estás perdiendo un manjar. Es uno de esos productos que, en cuanto lo pruebas bien cortado y servido, entiendes por qué tiene tanto prestigio en la gastronomía italiana.
Hablar de prosciutto no es solo hablar de un tipo de jamón curado; es hablar de tradición, de regiones concretas, de métodos que se han mantenido intactos durante siglos.
En esta guía te contamos qué es el prosciutto, en qué se diferencia del jamón serrano, cómo se come y, si te animas a hacer una ruta por Italia, los mejores lugares donde probarlo como merece.
¿Qué es prosciutto exactamente?
Uno no puede saber exactamente qué es el prosciutto hasta que no lo saborea, pero para definirlo fielmente decimos que es una variedad de jamón curado típico de Italia, uno de nuestros destinos preferidos, con ciudades como Roma o Cerdeña, elaborado a partir de la pierna trasera del cerdo.
La palabra «prosciutto» viene del latín perexsuctum, que significa “completamente seco”, una referencia clara al proceso de curación en seco al que se somete.
¿Qué tipo de carne es el prosciutto?
Y si ya sabes qué es el prosciutto pero lo que no tienes claro es, qué tipo de carne es, debes saber que se elabora a partir de la pierna trasera del cerdo, igual que el jamón. Es una carne magra que se somete a un proceso de salado y curación en seco durante varios meses, e incluso años, en función del tipo de prosciutto. La raza del cerdo y su alimentación influyen mucho en la calidad del producto final.
En los casos más prestigiosos, como el Prosciutto di Parma o el Prosciutto di San Daniele, los cerdos deben cumplir requisitos específicos, y la carne pasa controles muy rigurosos. El resultado es un embutido fino, sabroso y con una textura inconfundible.
¿Cuál es la diferencia entre prosciutto y jamón?
La gastronomía española e italiana tienen muchas similitudes pero, aunque el prosciutto y el jamón serrano se parezcan a simple vista, no son lo mismo, y hay diferencias claras en el origen, el proceso de curación y el sabor. El prosciutto es un embutido típico de Italia, mientras que el jamón serrano procede de España.
Aunque ya hemos visto que la respuesta a “qué es el prosciutto” en líneas generales puede recordarnos a nuestro jamón, ambos se elaboran con la pierna trasera del cerdo, pero el proceso de curación del prosciutto es más largo y suave, lo que le da un sabor más delicado y menos salado que el jamón serrano.
Otra diferencia importante es la textura: el prosciutto suele ser más tierno y sedoso, casi se funde en la boca, mientras que el jamón serrano es más firme y tiene un toque más seco.
Además, en Italia también existe el prosciutto cotto, que es jamón cocido, algo menos común en la gastronomía española.
Un producto con origen y tradición
El prosciutto no es solo un embutido, sino un producto con denominaciones de origen protegidas. Los más famosos son:
- Prosciutto di Parma DOP (Emilia-Romaña): sabor suave, sin aditivos.
- Prosciutto di San Daniele DOP (Friuli-Venezia Giulia): con un toque más dulce, muy valorado por los entendidos.
Prosciutto crudo y prosciutto cotto: dos estilos con alma
- Prosciutto crudo: es el más conocido fuera de Italia. Se trata de jamón curado en seco durante un largo periodo, que puede ir de 9 meses a más de 2 años. No se cocina, y se consume tal cual, en lonchas finas.
- Prosciutto cotto: más parecido al jamón cocido, se cocina a baja temperatura tras ser curado brevemente. Su textura es más suave y tiene un sabor delicado, menos intenso que el crudo.
¿Es saludable el prosciutto?
Veamos ahora qué es el prosciutto desde una perspectiva nutricional. El prosciutto, como cualquier embutido curado, debe consumirse con moderación, pero no por ello deja de tener aspectos positivos.
Es una fuente de proteínas de calidad, bajo en carbohidratos y rico en minerales como el zinc o el hierro. También contiene vitaminas del grupo B, especialmente la B1 y la B12.
Eso sí, al ser un producto curado, suele tener un contenido moderado-alto de sal, y en algunos casos puede llevar nitritos o conservantes, dependiendo de la variedad. El Prosciutto di Parma DOP, por ejemplo, no lleva aditivos, solo sal y tiempo, lo que lo convierte en una opción más natural y saludable.
¿Con qué comer el prosciutto?
El prosciutto es tan versátil que puedes comerlo solo o combinarlo con un montón de ingredientes sin que pierda su protagonismo. Eso sí, la clave está en acompañarlo con sabores que lo respeten y realcen, no que lo tapen. Aquí van algunas ideas para disfrutarlo como un auténtico italiano:
Quesos suaves o curados
El prosciutto va de maravilla con quesos que contrasten su sabor salado y su textura sedosa:
- Mozzarella fresca o burrata.
- Parmigiano Reggiano en lascas.
- Queso de cabra suave.
- Ricotta con un toque de pimienta.
Panes y focaccias
A veces no hace falta más. Un buen pan y unas lonchas de prosciutto son el aperitivo perfecto:
- Focaccia con aceite de oliva.
- Pan rústico o de masa madre.
- Grissini (colines) crujientes.
- Pan con higos secos o nueces.
Frutas frescas (sí, de verdad)
La mezcla dulce-salado es uno de los secretos de la cocina italiana. Algunas frutas que combinan genial con el prosciutto:
- Melón (el clásico prosciutto e melone).
- Higos frescos.
- Pera cortada fina.
Ensaladas ligeras
El prosciutto aporta sabor sin sobrecargar las ensaladas. Prueba con:
- Rúcula, parmesano y unas gotas de balsámico.
- Ensalada de espinacas con pera y nueces.
- Tomate, mozzarella y prosciutto (una vuelta de tuerca a la caprese).
Para acompañarlo, un buen vino
Un vino adecuado realza el sabor del prosciutto sin competir con él:
- Vinos blancos secos (como un Pinot Grigio o Verdicchio).
- Tintos jóvenes y ligeros (Barbera, Lambrusco).
- Espumosos como el Prosecco.
Ideas para usar prosciutto en platos calientes
Aunque se suele comer en frío, el prosciutto también puede dar mucho juego en cocina:
- Envuelto alrededor de espárragos y al horno.
- Sobre una pizza justo antes de servir.
- En una pasta con nata y setas.
- En un sándwich caliente con queso fundido.
Dónde probar el mejor prosciutto en Italia
Si vas a Italia en tus vacaciones en otoño y te apetece una experiencia auténtica, aquí van algunos lugares donde disfrutar del prosciutto en su máximo esplendor.
Parma, cuna del Prosciutto di Parma
Allí podrás aprender qué es el prosciutto en profundidad ya que no solo lo puedes probar, también puedes hacer visitas a las fábricas donde se elabora. Hay rutas gastronómicas por pueblos como Langhirano, donde el aire seco de los Apeninos hace su magia.
San Daniele del Friuli
Este pequeño pueblo del norte es famoso por su prosciutto más dulce y con vetas delicadas. Muchos lo consideran incluso superior al de Parma.
Emilia-Romaña
Además de Parma, toda la región vive por y para la gastronomía. Allí es fácil encontrar trattorias familiares donde el prosciutto es el rey del antipasto.
Mercados y osterias
En cualquier mercado local o pequeño restaurante tradicional, podrás descubrir que es el prosciutto más auténtico, cortado a mano y servido como debe ser: sin prisas.
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Conclusión: El prosciutto mucho más que un embutido
Ahora que ya sabes qué es el prosciutto, entenderás por qué es uno de los emblemas de la gastronomía italiana. No se trata solo de un jamón curado: es una tradición con siglos de historia, ligada a regiones como Parma o San Daniele, donde el tiempo, el clima y el saber hacer dan como resultado un producto único.
Hemos visto que el prosciutto se elabora a partir de la pierna trasera del cerdo, con un proceso de curación en seco que puede durar años. Existen dos grandes variedades: el prosciutto crudo, más conocido y curado, y el prosciutto cotto, cocido y de sabor más delicado.
Nutricionalmente, el prosciutto es una fuente de proteínas de calidad, aunque debe consumirse con moderación por su contenido en sal. Y a la hora de comerlo, su versatilidad es enorme: desde combinarlo con frutas, quesos o pan, hasta incorporarlo en platos calientes o ensaladas.
Por último, si quieres saborearlo como merece, nada como una escapada por Italia. Regiones como Emilia-Romaña o Friuli-Venezia Giulia te esperan con los brazos abiertos… y una tabla de prosciutto recién cortado.